Hacia la séptima generación de izquierda

Izquierda Hispánica hace un llamamiento a la prudencia y a la alerta ante los eventos de Egipto y el Magreb

No hay proceso histórico. El hecho de que haya revueltas en el Mundo no significa que vayamos al comunismo ni al socialismo universal. Todo socialismo está concentrado en una específica sociedad política, sea nacional política o imperial. Y cada socialismo específico es particular, luego no todos los modelos de socialismo son compatibles. Además, al no haber proceso histórico, como el fracaso soviético demostró, nunca habrá ni socialismo universal ni comunismo.

Las revueltas en Egipto, Yemen y Túnez demuestran que la plataforma islámica es una realidad, y que el islamismo es una fuerza política a considerar, además con cautela, pues el islamismo es incompatible con el socialismo iberoamericano, el movimiento político propio, en marcha, de la plataforma hispánica o iberoamericana. Hay que tener clara una cosa: si el Imperio Estadounidense feneciese, y en el mundo solo quedaran el Islam y el socialismo iberoamericano, la lucha entre ambos sería mortal, tanto o más que la de cada uno de ellos contra el capitalismo protestante anglosajón. Un revolucionario socialista iberoamericano ha de ser tan anticapitalista yanki como anti-islamista, y estar en contra tanto de las partitocracias oligárquicas yankis y europeístas como de las teocracias islámicas, sean sunnitas o chiítas, sean Arabia Saudita o Irán.

En Izquierda Hispánica negamos que "el enemigo de mi enemigo sea mi amigo". Más allá de las mínimas relaciones diplomáticas con Estados islámicos, y salvo casos en que sea necesario acercarse a algunos frente a otros (en el caso de España, a Argelia frente a Marruecos; en otros casos, y según las circunstancias, a Estados árabes que no se lleven bien con la tiranía teocrática más sanguinaria jamás existente, Arabia Saudita), el universalismo socialista iberoamericano debe hacer frente a la yijad y al avance del integrismo islámico, pues tiene su propio modelo, incompatible con las instituciones mahometanas.

En el mundo hay cinco claras plataformas continentales: la plataforma anglosajona (donde se incluyen los Estados aliados capitalistas de la Unión Europea y los Tigres Asiáticos), la plataforma eslava con Rusia al frente, la platorma asiática que integraría a la República Popular China como nación líder y sus Estados satélite, la plataforma islámica y la plataforma hispánica o iberoamericana (más allá de la llamada "América Latina", todos los hombres y mujeres que en el mundo hablan español y portugués tanto en América como en Europa, tanto en Asia como en África). Un socialismo específico que quiera tener pretensiones universalistas solo puede triunfar a escala continental, y no solo nacional, en una de estas plataformas. Y un socialismo específico materialista, universalista, iberoamericanista y racionalista como el que Izquierda Hispánica defiende, es incompatible con un socialismo teocrático musulmán, como lo es también con un socialismo chino en marcha, aunque en principio pueda entenderse mejor con este último.

Así pues, Izquierda Hispánica llama a la prudencia ante los acontecimientos de Egipto, pues todo está en el aire. Quizás no llegue a revolución, quizás todo siga igual, quizás solo haya un cambio de Gobierno o quizás, el peor escenario posible, los Hermanos Musulmanes tomen el poder y conviertan Egipto en una teocracia mahometana imperialista depredadora para con sus vecinos. No apoyemos revueltas que no sabemos a dónde van a conducir. Y cuidémonos de hermanarnos en política con gente que, tras su sonrisa y en busca de compasión, solo quiere someternos a la sumisión y la servidumbre teocráticas.

Salud, Revolución, Hispanidad y Socialismo.