Hacia la séptima generación de izquierda

Cine y patria

 

Si traicionas a España, ésta es la cara que se te queda
 

Las hordas neoliberales que pueblan nuestra patria cual plaga de langostas no hace otra cosa que criticar las subvenciones. Era de esperar. Los liberales siempre con el dinero por delante, que es lo que verdaderamente les interesa. Cada uno de estos energúmenos de la libertad y el libertinaje se cree con derecho para disponer de sus impuestos. "Con mi dinero, no". Dejando de lado que tu dinero es tu dinero hasta que alguien te lo quita -v.gr. el Estado, tu novia, el Lute, &c.- diremos que es puro gnosticismo creerse iluminado con un saber especial que te faculta para disponer de un dinero que es público. Por consiguiente, el problema no es que no nos gusten individualmente, las películas que se subvencionan. Tampoco nos escandalizamos de  que se subvencionen. El problema es que las películas de nuestra patria, salvo gloriosas excepciones, son tanto una porquería objetiva como una porquería anti-española la mayor parte de las veces.

El cine español desprecia a España y por eso España lo desprecia.  Y a veces, ni eso. Tampoco se las descarga. La ministra Sinde y sus secuaces, engolfados como están en lamer y chupar la enorme directriz que Obama quiere introducir en España, se creen que las masas andan descargando cine español a tutiplén. Pues no. Lo que la muchedumbre cibernética se descarga son los éxitos de Jolivú y las series de la Bibicí de las que son unos yonkis.

Ser patriota español, en cine, significa hacer buen cine. A ese buen cine debiera darse todas las subvenciones posibles por más que  algún individualista pequeñoburgués protestara porque preferiría optimizar su utilidad marginal en  los clubs de carretera y las damiselas de los polígonos.

Estoy en Izquierda Hispánica, entre muchas cosas, porque no quiero acabar con el cine español. Quiero hacerlo, junto al iberoamericano, el cine más grande y mejor del mundo y los neoliberales no me convencerán de que a más libertad mejor cine. Porque más libertad, en estos momentos, significa carta blanca para las multinacionales norteamericanas que ya controlan la distribución en España.

 

Salud, Revolución, Hispanidad y Socialismo.